Percibo en tu mirada la presencia
De antiguos descaminos, mis errores,
Por cuanto se imaginen los colores
Dolores tracen flores del pasado,
Los arboles son cenizas, nada existe,
El triste caminero se concibe
Desnudo por las tantas ingratitudes
Vacantes corazones son mis versos,
Sin paraguas, la tempestad se vuelve insana.
Mis pedazos jugados entre las rocas
Y los recuerdos de ensueños sin sentido.
Amigos, viejos comparsas de la misma horda
En los mismos sucios bares de ayer,
Son las huellas que persisten, aunque en fuego
Demarcadas por viejas cicatrices, vivas heridas
Que permiten algún amanecer…
MARCOS LOURES
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