Floradas al anochecer…
La rosa que en jardín se hace florida
Pudiese transformar todo sendero,
Una epidemia de bella proporción
Tomando con blandura eso momento,
Rincones antes desérticos ahora
En toda su magnificencia se desnudan
Generando después de esa tardía
Florescencia un nuevo caminar
Que pueda renovar la primavera
En las manos arrugadas por la vida,
La esencia del alma adormecida
O mismo en pesadillos, o torpores,
Rehaciendo en mí pecho la juvenil
Voluntad de partir de pecho abierto
Hasta un más sublime amanecer.
Y quien, ya muerto en vida se percibe
Con la fuerza de un huracán
Rompe corrientes, y toma el futuro
Con sus manos…
MARCOS LOURES
