Ni nortes ni las brújulas que un día
Tuviera entre mis manos, más seguras,
Boceo sin sentido en las honduras
Del cuanto se imagina en poesía,
La noche más atroz, sigue sombría,
Adonde con horror siempre torturas,
Bebiendo en sortilegios amarguras,
La inmensidad se cambia, al fin, vacía.
Cargado con las olas más feroces,
El mar entre momentos tan atroces
Sin nadie que pudiera serenar,
Adentra por las playas, por los ríos,
Trasciendo más que simples desafíos,
Adonde no se pueda navegar…
MARCOS LOURES
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