MORIR EN PAZ
Un sufrido
caminero ya cansado
Entre tantas
esquinas de una vida
Sin mismo
acreditar en otro tiempo,
Se hartando de
promesas sin respuestas.
Después de
tantos años y heridas
Vertiendo en
sus venas el jamás
Presume algún
lucero que pudiera
Volver su
juventud ya envejecida,
Me acerco de antiguos himnos, versos,
Que ayer
fueran verdades
Y el tiempo envileció
con turbios mantos,
Negando alguna
clara bendición,
Pero cuando el
otoño se presienta
Un nuevo
viento siento
Tocando mansamente
un viejo rostro,
Arrugado por
las farsas contumaces.
Abriéndose una
puerta, mismo estrecha
Con miles de canallas
en los umbrales,
La visión de
una luz permite el sueño
Y, quizás pueda
morir en paz…
MARCOS LOURES
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