Finalmente, la
paz…
Las armas que guardaste
Entrelazadas
entre las teyas
De una vida
sin validad,
Sin cualidad,
Solamente podrida
Imagen de lo
vacio que me acompaña.
Las cuchilladas
de una suerte maldita,
La sangría que
nadie estanca,
Y la certeza
de una inutilidad
Que se
mostrase entre los errores
Cometidos por
quien no más
Tenía alguna
sonrisa sincera,
La fuente de
mis alegrías,
Últimas fantasías,
Crocitando en
la ventana,
Abierto el
pecho,
El lecho se
remplazando por el féretro,
Mi cetro y
reinado,
Armándose en
mansedumbre
En un suspiro
final, la libertad.
Volando hasta
el absoluto nada,
Mi hogar donde
pueda, finalmente
Tener un
descanso que, pienso, merecido.
La lámina que
se acerca
En la profunda
herida
Me muestre lo
rumbo,
El certero
rumbo
Que traiga el
bien que no he conocido jamás,
Al menos la bendición
de una
Maravillosa y
sublime paz…
MARCOS LOURES
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