BRANQUIA
El mar
que traduciendo libertad
Tenía
en toda ola una palabra
De inmensidad
incontestable
Trasciendo
con su furor
Los perfumes
y los cantos
De tantas
sirenas entrelazando sueños,
Fantasiosos
pasos zozobrando
Entre
anclas, arpones y ballenas,
La playa,
una isla, tesoros escondidos,
Celosos
momentos en suaves brisas.
Sin remordimientos,
abanada tierra lejana.
Ni mismo
el polvo traigo en mis pies,
Viajeros
pies de una desértica tierra,
Entre
las florestas humanas,
Entre
las calles con sus paralelas y confluentes
Inexpresivos
paisajes
De un
torbellino loco y sin sentido.
Azotado
por las intemperies diarias
La
plata y el oro en sus bolsillos inútiles.
La hambrienta
obesidad del alma,
La seca
inundación sinrazones
Y,
en medio a eso tsunami,
Bebo
la salgada agua que toca mis rodillas,
Bocease,
un nuevo Stormi en el encuentro
Con
mi más bella faz.
Generando
el nido más tranquillo,
Más sublime…
Quizás
aun tendré alguna branquia…
MARCOS
LOURES
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