UNA ESCALERA
Adonde una escalera permitiese
Alzar el paraíso deseado,
Placeres desfrutados, las locuras
De una noche sin juicio, pundonores,
Adonde se perciba ese sensible
Diseño de sencilla eternidad,
Pudiera desvendar los tantos signos,
En siglos y milenios, hasta el fin.
Adonde se encontrase quien, de facto,
Tramase otra verdad, otra certeza,
La paz que he soñado, entre vórtices,
Viajes al etéreo sentimiento,
Locuaces noches, rubias, luna y mar,
El brillo de una estrella junto a mí,
Desnuda fantasía, pasos locos,
Aterciopelo, seda, mansedumbre,
Faroles en océanos, listamente
Llegar en firme puerto, brazos, senos.
Y así volverme al menos un segundo
Cual dios sin más temblores, ni
angustias.
Hedónica ilusión, edénico momento.
Eternidad que se ha sangrado en el corazón…
MARCOS LOURES
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