Aleluya
Floreciendo entre
tinieblas
La podrida faz
de una espuria historia,
Sanando con la
muerte
Los desgraciados
e infelices,
Padre de los condenados
Por la miseria
humana,
Por las
iglesias voraces.
Florescencia en
carnívoras plantas,
Semillas de la
tempestad
Que es
alimentada por la injusticia,
Por la furia
de un poder atroz y mordaz,
Bebiendo de la
sucia esperanza,
La más grande
aliada de los demonios
Sutiles y
cautivos de un bárbaro dios.
En nombre de
las naciones,
Religiones y
de los poderosos canallas,
Han derramado
la sagrada sangre,
En nombre del
honor falso y sórdido,
Encarcelando
las victimas
De una estúpida
sociedad,
Que deturpando
las palabras
De un cordero
pacifico y jamás pasivo
Carniceros que
fomentan las fieras,
Prostituida imagen
de los iconos
Dejados como
testigos de eso masacre.
En las manos
que destrozaron naciones,
Pueblos,
culturas,
En nombre de
divinidades
En nombre de
fronteras,
Servos de los
dueños de dios…
Y aun profesan
la ley de los más fuertes,
Pastoreando los
ingenuos,
Florecida imagen
de un cadáver crucificado
Como fuera un
estandarte
En las procesiones
Vomitando sobre
los mendigos,
Escupiendo en
los miserables y hambrientos…
Glorificando
los verdugos
Y matando
cotidianamente,
Bebiendo la
sangre que las heridas
Del pobre
galileo,
Escurriendo sobre
lo desierto vivo,
Y las oraciones
se repiten,
Carcajadas en
loores
Hasta el
último momento.
Floreciendo esa
viperina primavera…
MARCOS LOURES
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