Niñez.
Hilos
rotos, y prosigo,
Siguiendo
mis propios desatinos,
Destinos
se mezclando, nada veo,
Deseo
solamente lo que hubiera
En los
quintales dejados en la memoria.
Colores
verdaderos que se pierden con el tiempo,
Resguardados,
fuesen reliquias,
Descubiertos
por las manos cariñosas
Que el
tiempo niega y el sueño trae.
Nieves
y lluvias del presiente
No ofuscan
el sol inmenso que he conocido,
Entre
los arboles de una existencia
Sencilla,
pero engalanada
Por las
perlas desnudadas
En tantas
risas ingenuas y francas.
Buceo
en mí mismo
Y bebo
en esa fuente inagotable…
MARCOS
LOURES
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