DERROCADAS
La plenitud ha tanto esfacelada,
Los errores de un amor santo y profano,
Las manos heridas.
Los ojos sangrantes,
Murmurios y lamentos, nada más.
El deseo de ser amada,
La voluntad olvidada en algún canto,
Las lecciones enseñan sin defesas,
La magnitud
gigantesca del vórtice diario.
Otro cigarrillo, otra botella, el aguardiente
Y la compañía de mis sombras,
La mortaja tejida por mis propios descaminos.
Las diferencias y los tentáculos de la sordidez,
Al largo en plenilunio, la naturaleza en su fulgor,
Ignora mis grises derrocadas…
RITA DE CASSIA TIRADENTES REIS
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