¿Quién Sabe?
Mirase mis engaños y los tornase divinales
Con sus maestrías y aciertos de rumo.
Con los oídos abiertos escuchase las verdades
Enseñadas por los errores frecuentes
De una existencia turbulenta.
Supiera desvendar los misterios de una tosca realidad.
Las voces confusas en momentos varios
Entre torbellinos y borrascas.
Singlase los océanos en busca del litoral lejano.
Sangrase en cada poro, en todas las heridas
Y bebiese del aguardiente diario que los dolores han servido.
Apagase las falsas estrellas que tanto desviaran mis pasos
Hasta llegar al más terrible puerto de una terrible soledad.
Matase los hijos diabólicos de mis torpes amantes.
Apagase las fraguas ilusionantes y cesase las brujerías
De pasiones inconsecuentes y mordaces.
Aunque vise, no más tocase las lunas de miradas tormentosas
De los amores instables y egoístas.
¿Quién sabe, así, pudiera encontrar en tan solo un ratito, la divina paz
Inútilmente
buscada?
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