Me
alejando poco a poco
De
eso manto hecho en músculos, piel y vísceras.
Pacientemente
cebados con el holocausto
De
tantas y tantas vidas,
En
nombre de una sobrevivencia
Muchas
veces estúpida y fugaz.
Un
remolino constante e inexorable,
Trasciendo
en los vórtices y olas
La
misma y cotidiana historia,
Eco
de nuestros antepasados
Y
herencia de los descendientes,
Los
dientes preparados
Para
dilacerar, destrozar y retroalimentar
La
vieja máquina emperrada.
Y,
mirando hasta el cielo,
Vemos
el pasado, el longincuo pasado,
Testigo
de una dicha evolución,
Y,
por cierto, espectador privilegiado
De
los últimos momentos
De
una vulgar, aunque valorada,
Caminada
hasta el jamás…
MARCOS
LOURES
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