HASTA EL JUICIO FINAL
Abrumándose la
mañana tan soñada,
Deseos invadidos,
sin bastiones,
La pequeñez
del alma, los vacios,
La ceba inútil
hecha en arenales.
De los
confines de antiguos pesadillos,
Los trillos
que encetasen desenredos,
Secretos y
mirajes contemplados
Remplazo
engaños, mismo cuando sea fútil,
Una existencia
vana, una fugaz
Palabra suelta
en pleno torbellino,
Molinos de
viento, gigantescos enanos,
Mosaicos
hechos en caleidoscópicos temblores.
Culebras y
escorpiones,
Hormigonado
miembro amputado.
Cadavéricos
reflejos sobre una tenue laguna.
Sorbiendo todos
los espectros
En nocturnas
rondas,
Hasta el
juicio final…
MARCOS LOURES
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