En
ruinas, mis castillos expuestos al tiempo
Vientos,
lluvias, hambrientos banquetes
De
una constante enseñanza.
Los
más crudos inviernos son los mejores maestros,
Atrozmente
derrotado,
Iludido
caminero
En
una estrada arenosa y ruda,
Entre
las brumas y nieves
Se
valora más el sol,
Mismo
un sol helado y momentáneo.
Los
campanarios doblando
Indican
otro ciclo completo,
Otro
instante de libertad y encarcelamiento
Las
caracolas encontradas en las playas,
Los
huesos, los fósiles,
Las
únicas marcas de una existencia.
Representan,
en la realidad,
Todo
el resumo de nuestra inconmensurable
Importancia
para el universo.
Y,
por ser solamente lo que existe,
Es
nuestro todo, es nuestro universo.
Ínfimo,
pero gigantesco…
MARCOS
LOURES
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