La verdadera felicidad.
El sueño que permite la caminada,
frente a las bestias y fieras, muestre al final la libertad
que sólo nos permite amar.
Y es posible en la espiritualidad,
la vida sin temor a la tormenta,
pasar por la vida, más feliz.
Una palabra dicha con el amor,
un acto, un fuerte abrazo o cariño,
incluso, nos deja mucho más cerca de Dios,
por lo que a cada momento actúa como aviso
para compartir, nos hace bien,
Es como un ejercicio cotidiano, paso a paso,
hasta que finalmente se convierta en algo natural
y entonces sí, tú sabrás la verdadera felicidad.
Marcos Loures
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