Alguna razón ...
Mis ojos buscando alguna razón que puede transformar
la bestia en una diosa y,
al darse cuenta de la inutilidad de este sueño,
vuelvo a mi realidad estúpida.
Muchas veces fue el verdugo de mí mismo
en un vano intento de cambiar el curso de mi historia,
familiar y construida desoladamente.
El camino tantas veces repetido y absurdo,
simplemente arraigado en cuevas oscuras
y dolorosas en varias ocasiones.
Ajeno a los más diversos elementos,
el sentimiento no permite razonar y,
obviamente, se entrega sin ningún tipo de defensa,
sólo invadiendo no lo sé, pero ya conoce el final.
Calabozos, donde yo quería las catedrales y los muelles...
Marcos Loures
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