GRACIAS
AMADA.
Durante
la inconstante caminada
Las caídas
comunes de quien sueña,
Los enredos
discrepantes, incongruentes
Olvidándome
en un canto de algún lugar.
Los irrisorios
versos donde procuro
Osar
imaginar otro escenario,
En el
mismo palco podrido, cuerpo y mente,
Inseguro
paisaje donde estoy.
Hermética
y superna libertad,
Arrodillado
mientras me azotase,
La viperina
dicha en sus venenos,
Emboscadas
frecuentes, dolorosas.
Benditas
las escupidas en mí rostro,
La maestra
vida enseña la derrota.
Domándome
permito otro momento,
Y asiento
mis miserias en tus sillas.
Brillos
que me ofuscan, ojos fieros,
Hipnotizado
en medio a los insectos,
En un
hormiguero las picadas redentoras,
Y mismo
la negación del existir,
En la
más completa y dura abnegación
De un
estorbo desgraciadamente jugado
Junto
a ti.
Gracias
por tus desprecios, mi amiga,
Espejando
el verdadero retracto
Sin disfraces
de lo que represento.
Mismo
así, cual bufón yo seguiré,
Sobre
mis piernas claudicantes,
Con mis
amputados pies.
Gracias
por me ignoraste, mi amada,
Y tampoco
oírme en mis lamentos.
Son imbéciles
gritos de un fantoche,
Sueltos
al vacío, sin respuesta.
Gracias
Rita de Cássia, me enseñas,
Buena
maestra,
La insignificancia
de mi vida,
Mostrando
en los sótanos del hogar,
El perfecto
hábitat donde me escondo…
MARCOS
LOURES
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