PERDÓNAME
Pudiera hablar
de un sueño más tranquillo
En un momento
raro en paz y gloria,
Pudiera me
mostrar bien más feliz
Siquiera percibir
tanta injusticia,
Tantos cadáveres
podridos, mismo vivos,
La máscara de
una frase amorosa,
Las flores en
jardines, primaveras,
La cosecha
perfecta y la solidaridad.
Pudiera hablar
de días tan suaves,
Con soles sin
aspectos más brumosos,
Quizás un
helianto en plenitud,
Bebiendo de la
noche luna y plata.
Pudiera en los
corceles de ilusiones
Galopes entre
estrellas, siderales.
El dulcificado
gusto de las frutas
En tantos
pomares que he buscado.
Perdóname se
la voz ahora es sombría,
Perdóname se
me desnudo, en mis tristezas,
Perdóname no
creer en nuestra raza
La humana carnicería
al fin me calla.
El poder de
las fortunas engañosas,
Tesoros que en
la sangre se han erguidos.
Los templos en
oro decorados,
Un rubio y
sanguinolento en falso loor.
Perdóname se
veo en los altares
El crucifijo y
los clavos de un cordero,
Que, atado
muestra en lágrimas el mundo
Que tanto ha
amado, inútilmente.
Perdóname se
no me callo ni cambio
En bendiciones
todos los espinos.
La helada
noche dime en pesadillos
De mis manos también
sucias, impotentes,
Perdóname la
total desesperanza,
Y, te pido, no
escuche más mis cantos,
Es mejor oír
la alondra,
Pero, donde se
encontrarían esos pajaritos
Se los arboles
se convierten en carbón…
MARCOS LOURES
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