Guerrilla
La noche se
expresando en fría haz,
Trasciendo mis
fantasmas y demonios,
Sombrías fantasías
denudando
La marcha de
mis pies ya tan cansados.
Por cuanto
fuera un día soñador,
La raza humana
indigna me transmuda
Y la mano se
hace ruda,
Olvido todo
ensueño que mantuve
Y anclando mis
navíos en el mangue
Siento el olor
de un pueblo ensandecido.
Estúpidos en
jornales, canallas perros
Aullando lo
que mandan sus patrones.
Siento una
sequia en mis labros,
Y la palabra
presa en la garganta
Devastará las
putas y los toscos
Serviles de un
poder sin cualquiera ética,
Usando el
nombre de un hombre gigantesco
Destrozado por
los pastores homofóbicos,
Rabiosos ladrones
de la esperanza.
Profanando lo
más sagrado con su sucia
Presencia en
los templos con sus cánticos,
En busca de
las ofertas de los tolos
Para diseminar
el odio entre los hombres.
Brasil, de
Malafaias, Bolsonaros…
¿Hasta cuando
Jesús ha de tener Su nombre destruido?
Las llagas
siempre abiertas por los tantos
Que beben cada
gota de su sangre.
Mis hermanos
miserables y hambrientos,
Sirviendo cual
repasto a esos lobos,
Vergüenza, y
mañana venganza con cuerpos
De los lobos
expuestos en las calles, en las plazas.
Guillotinados por
las manos de los corderos…
MARCOS LOURES
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